La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) llevó adelante una serie de protestas a lo largo y ancho de la provincia de Río Negro. En el caso de Viedma, un numeroso grupo de personas se situaron sobre el puente Basilio Villarino y, pese a que se podía esperar algún posible corte, no lo hicieron.
La modalidad fue con volanteada, mucho ruido con bombos y redoblantes y la quema de neumáticos, lo que generó una intensa humareda negra durante algunos minutos.
El principal motivo de la manifestación, indicó Analía Ramos -secretaria de Administración de ATE-, fue «la no apertura a un llamado a paritarias».
También sumaron otros reclamos, como el pedido de devolución de los días descontados por paros; la «inmediata» renovación de los contratos que culminan el 31 de diciembre; y la apertura de las mesas de Salud, Educación y SENAF.
En ese sentido, Ramos destacó la buena predisposición y el entendimiento de los automovilistas que recibieron los volantes. «La gente comprende esto porque básicamente son trabajadores», dijo a FM DE LA COSTA.
Asimismo, expresó que «nosotros decimos que la paciencia de los estatales también se está terminando. La oferta en los dos últimos llamados a paritarias fueron nulas, y el poder de compra de los trabajadores se reduce. Estamos quedando muy por debajo».
Por último, advirtió que «si piensan que con los descuentos vamos a parar la lucha, se equivocaron».
