El pasado viernes se confirmó la suspensión del evento Patagones a la Carta, el cual se iba a desarrollar ese día y preveía ofrecer al público una degustación de los productos que se fabrican localmente.
Según declaraciones del director de Producción, Matías Contreras, la actividad se canceló porque no llegó la habilitación del lugar en el que se iba a desarrollar, precisamente, en Casa Cagliero, y eso fue avisado a pocas horas de la realización del evento, lo que generó un fuerte malestar entre los productores organizadores.
Haciendo las salvedades del caso, se trata de una nueva polémica que se suma a la gestión del intendente Ricardo Marino, sobre todo por la falta de comunicación de parte de las áreas pertinentes, ya que a sabiendas de la suspensión un día antes, la confirmación oficial de la cancelación ocurrió el propio viernes por la mañana, mientras inclusive la página de la municipalidad de Patagones aún seguía promocionando el evento.
Esta situación motivó a distintos gastronómicos a pensar si seguir trabajando o no en Carmen de Patagones, con la posibilidad inclusive de migrar a Viedma. Es el caso de Ezequiel Ciccone, dueño de San Marzone y quien participaría de Patagones a la Carta.
En diálogo con FM DE LA COSTA, explicó que si bien «soy oriundo de aquí, hice mi historia aquí, me fui del país a trabajar y volví, porque soy un amante del lugar… La realidad es que a los gastronómicos, y hablo por todos, hay cuestiones que nos están complicando la vida».
Detalló que «yo entiendo los operativos de prevención, pero no nos podes clavar uno a la entrada de Patagones a las 9 de la noche, nos matás. Son temas a hablar que no se hablan. La mayoría de mi público es de Viedma y me dice que no puede venir porque hay operativo. Yo entiendo que hay que hacer operativo, pero no podés hacer prevención de 9 a 10 y después te vas».
Expresó que «te dan ganas de migrar, de irte a Viedma, no sólo por el mercado que tienen, sino porque ves un poco más de prioridad, y no puede ser que por plantear este tema, nosotros después tengamos miedo a tener problemas».
Por último, mencionó que «no queremos que nos regalen nada, pero acompáñennos un poco, vengan, dialoguen… Hay gente con la que no podés hablar. Es insólito, es sólo para choque, no podés plantear nada».