El secretario general del gremio legislativo APEL, Gustavo Morón, rompió el silencio tras haber sido suspendido en su cargo por 45 días, siendo acusado de «haber intermediado él mismo con las autoridades legislativas a fin de una contratación laboral de una persona de su entorno íntimo”.
En diálogo con FM DE LA COSTA, Morón declaró que «se me acusa de cuestiones en la cual no hay pruebas, y son meramente especulativas. Hay orquestada una idea de que creen o que piensan, pero acá no se ha enjuiciado a mi persona. Todo lo que tenga que ver en el valor agregado de mi gestión, menos que menos».
Opinó que «lo peor de todo es que estas personas admiten abiertamente no tener pruebas, pero hay cuestiones que son así, y eso es lo más penoso: creer algo personalmente y pasar de lado algo que es un sindicato y una institución. Veremos qué sucede en la próxima asamblea».
Asimismo, dijo en el programa DESTINO SUR que «la base acusatoria es que haya entrado a trabajar al Poder Legislativo es alguien de mis afectos, y se la ha vinculado con mi persona, algo que no tiene precedentes. Se armaron nada más que acusaciones falsas, en desmedro de la institución y en un juego malicioso políticamente hablando».
Luego, consideró que «si los asambleístas en su mayoría dicen que me debo correr por cuál o tal fundamento, lo voy a acatar. Lo que no pudiera acatar por el bienestar de la asociación, es que doce tipos atrincherados en un lugar que no les corresponde dicten una sanción de la cual no tienen pruebas».
Por último, expresó que «me siento dolido por la situación, avergonzado y apenado por lo acontecido internamente que ha tomado un vuelo tan grande. Aquí se ha dejado en jaque a compañeros que no tienen nada que ver, escracharon a compañeros de trabajo y viralizaron cuestiones que no tienen que salir».